ENTREVISTA // ÀLEX CORRETJA >>TENISTA
"Nadal convierte cada bola en una batalla para ganar la guerra"
Comentarista Corretja, la semana pasada en el Open Seat de Barcelona, ejerciendo su nueva función para TVE. Foto: JORDI COTRINA
JOAN CARLES ARMENGOL
BARCELONA
Está en la antesala de la retirada. No entra en una pista desde que, el 31 de agosto del 2005, un problema en la membrana de la retina le obligó a pasar por el quirófano. Todavía tiene problemas para calcular la distancia con la pelota y, a sus 32 años, Àlex Corretja cree que pronto tendrá que hacer oficial su adiós después de 15 años en el circuito profesional. Mientras, se resiste a considerarse un exjugador y analiza, desde su nueva posición de comentarista de televisión --función que ejerce en TVE--, el deporte que ha sido, y es, su vida.
--¿Podrá volver a jugar?
--Es difícil. El tiempo pasa y ya no tengo 15 años, tengo 32. Cada vez es más difícil que pueda volver a una pista. No controlo la distancia con la bola y me cuesta incluso pelotear con un aficionado. El ojo necesita tiempo para recuperarse, y cuando lo haga, es difícil que me pueda acostumbrar de nuevo a todo lo que comporta ser tenista profesional: concentración, viajes, preparación física, aspecto mental...
--¿Cómo ve a sus aún colegas?
--Lo que más me impactó en el Abierto de Australia, que fue cuando debuté como comentarista, fue la cara de tensión de los jugadores. Están concentrados, tensos, es difícil verles sonreír. Me sorprendió, pero luego me dijeron que yo estaba igual cuando jugaba. Y es verdad. Salía a cenar con mi familia y amigos después de una gran victoria en Roland Garros y mi madre me decía: '¿Por qué estás tan serio?' Y es que es difícil dejar de estar concentrado.
--Quizá por eso los tenistas se retiran tan jóvenes.
--Cuando has estado haciendo esto durante 14 o 15 años estás muy fatigado de viajar, de entrenar, de compromisos, de estar concentrado y bajo la mirada pública. Por eso la gente se retira a los 29, 30 o 31 años. Es difícil que hagan como Agassi, que sigue ahí a los 36 porque es un jugador especial, con una cabeza privilegiada y una visión distinta de la vida.
--¿Le gustaría tener una retirada como la de Albert Costa?
--Desde luego que sí. Somos grandes amigos y la he vivido muy de cerca. A mí me gustaría retirarme como él, en la pista, con mi gente y en el Godó, pero no siempre sale todo como quisieras.
--¿Es el momento de los balances para usted?
--Pronto, pronto llegará, pero todavía no quiero porque no he hecho oficial mi retirada.
--Háganos un avance, por favor.
--Yo creo que todo el mundo puede imaginarse los mejores momentos, como el Masters de 1998 o las dos finales de París, en 1998 y el 2001. Pero para mí fue muy especial la Copa Davis del 2000. Fue un sueño ganar para poder demostrar que éramos un equipo. Para conseguir la unión tuvimos que sacrificar intereses individuales, y eso fue muy importante. Me hacía mala sangre al ver que el equipo español tenía posibilidades y, un año tras otro, no ganábamos. Además, vencer en el Sant Jordi fue otro sueño cumplido: cada vez que pasaba por Montjuïc me imaginaba cómo sería jugar una final ahí.
--Y ahora comenta los partidos desde la tribuna. ¿Qué tal se siente?
--Me gusta mucho, lo estoy pasando muy bien porque no lo siento como una obligación. No me importa estar ocho horas comentando un torneo del Grand Slam. Además, mucha gente me dice que les gusta y eso me motiva. Tengo que ir con cuidado porque soy muy expresivo y a veces me paso, se me escapa algún taco o alguna broma. Pero no puedo evitarlo. Soy feliz y lo transmito así.
--¿Recuerda alguna época en la que dos jugadores dominen tanto el circuito como lo hacen actualmente Roger Federer y Rafael Nadal?
--No. Antes había 10, 12 o 15 jugadores que marcaban las diferencias, y era difícil incluso meterse en esas posiciones. Recuerdo a Sampras, Agassi, Courier, Chang, Becker, Stich, Krajicek, Ivanisevic, Kafelnikov... Ahora el tenis está mucho más abierto; un buen jugador en racha y con ritmo puede meterse entre los 10 primeros. Pero, por otro lado, Rafa y Roger han puesto el listón muy alto y nadie puede llegar a estos dos primeros puestos.
--¿Qué marca la diferencia?
--La cabeza, la mentalidad, la ambición y la progresión. Federer tiene una frescura tenística que no he visto a nadie. Tiene una polivalencia impresionante. Lo tiene todo. Puede jugar liftado, cortado, plano. Puede hacer saque-volea o quedarse en el fondo. Es rápido, se mueve bien, tiene resistencia...
--¿Y Nadal?
--Rafa es muy bueno mentalmente, físicamente es un animal y tenísticamente tiene un margen de progresión muy alto. Es increíble que con 19 años sea el número 2, bata récords y todavía pueda mejorar.
--Y le tiene tomada la medida a Federer.
--Sí, porque su estilo de juego le incomoda muchísimo. Le saca completamente de sus movimientos habituales. En realidad, el tenis de Rafa incomoda a todos porque convierte cada bola en una batalla para acabar ganando la guerra.
--¿Será bueno el fenómeno Nadal para el tenis español?
--Buenísimo. La gente necesita ídolos y colgar pósteres de los campeones. Rafa ha desbordado el interés por el tenis. Ha traspasado los límites del deporte y lo ha convertido en un asunto de interés general. Además, no es aburrido porque siempre inventa algo.