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Gracias, Gaby
Envió su carta de presentación en Indian Wells 2004. Era el debut en un WTA, con apenas 14 añitos. Acababa de derrotar a la española Magui Serna y le preguntaron por María Sharapova, su rival en cuartos. Fue entonces cuando Sesil Karatantcheva puso su mejor cara de canchera y disparó: "Le voy a patear el culo ("I''ll kick her butt")". Acostumbrados al cassette, los periodistas no lo podían creer. La mala onda, parece, venía de un entredicho en una práctica. Maria terminó entera, sin golpes, y se impuso por 3-6, 6-3 y 6-2. Al no cumplir, la búlgara había quedado en offside, pero comenzó a llamar la atención, no por su estilo de juego, europeo del este (golpes planos, revés a dos manos mejor que el drive), sino por lo que producía fuera de la cancha. Este año, en Indian Wells, Karatantcheva volvió a pasar una rueda y le tocaba Lindsay Davenport. Por una vez bajó los decibeles: "Me tomaré las cosas de forma profesional. Sólo diré que es una gran chance de jugar con una rival de jerarquía. Lo que dije... tenía 14 años, creo que a esa edad te puedes equivocar", aseguraba, "madura" a los 15.
Ayer, en París, Karatantcheva dio la sorpresa: eliminó a Venus Williams por 6-3, 1-6 y 6-1, partido que terminó con la búlgara en el suelo y, minutos después, haciendo la reverencia hacia los cuatro costados. La estadounidense colaboró con 51 errores. En la sala de prensa, Sesil volvió a conquistar a todos con su soltura, hablando un impecable inglés que, desliza, aprendió "escuchando a las Spice Girls". Querían conocerla mejor, le preguntaron por qué empezó a jugar y respondió con dos palabras: "Gabriela Sabatini".
"Ella es básicamente la razón, no sólo por sus triunfos o su estilo. La admiraba muchísimo por su personalidad, siempre sonreía... Ganara o perdiera, se divertía", fue su visión de Gaby. Incluso, la hermana de Sesil se llama Gabriela porque ella lo pidió. Entrenada por unos meses en la Academia de Nick Bolletieri (allí se presentó diciéndole al mismísimo Nick: "Soy realmente buena, deberías probarme"), la quinceañera oriunda de Sofía, campeona del junior de Roland Garros 2004, quiere seguir dejando su marca... Si no es en la cancha, afuera.